Encuentro con la niña.
Tengo un vacío enorme que cubrir, una duda sin respuesta que a veces no me deja dormir. ¿Quién soy? Me hice esta pregunta miles de veces por año, sin nunca encontrar una respuesta que me convenciera, por tanto intenté divagar varias veces entre tantas suposiciones que me hicieran replantear una y otra vez mis teorías. Pero un día tuve un sueño demasiado raro. Yo caminaba solo, me encantaba la vista de la playa. Habia un muelle o algo que se asemeja a un rompeolas o algo roto de por sí. Mucho granizo cerca, granizo de arena y vidrio o quizá era un símil de plástico. Han pasado cuatro años de ese sueño, que ya ni lo recuerdo con mucho detalle. Quizá el relato que prosiga sea el que mi memoria trata de recordar, pero añadiendo deliberadamente cosas que no sabe o que no entiende. Escuché una voz, la voz de una niña que solo preguntaba por su papá. Me acerqué para intentar ayudarla pero por más que me acercaba, la voz se hacía más tenue. Al acercarme lo suficiente, traté de pegar mi