Miscelánea Total

Cosas Varias

Es un domingo muy de tarde, tan de tarde que ya es temprano de un lunes. Podría decir que no entro a escribir desde que empecé clases, es que anduve ocupado en tantas cosas que el poco tiempo que tenía me dedicaba a pensar en una persona, que al final terminó siendo más similar a mi de lo que pensaba. 

Mientras al otro lado del mundo están a punto de apretar el botón rojo, mientras al costado hay un nuevo presidente, mientras siguen reconociendo los cuerpos en Boston, mientras Djockovic gana el nuevo master 1000, mientras que confirman que Lio Messi viene al Perú, mientras que la tierra gira... Yo pensaba en ella. ¿Suena como una pérdida de tiempo? No lo sé.

Se supone que la debo concentrarme en el área de estudios y esas cosas, pero no siempre se puede pensar en eso. Uno tiene vida propia. (La utilizo más que todo para darme largas siestas, o bien, una buena comida) 

Mientras que la gente inhumana al otro lado del planeta, la gente que desgarra y trata de asesinar por un hambre desmedido e incomprensible de probar cuál sistema económico es mejor, mientras que la capital del sur parece a años luz de distancia en términos de desarrollo.

Mientras que en el norte una bomba aterra y apaga algo que debió ser una fiesta, dentro de tantos inocentes amantes al deporte, no debieron perecer tantos que no tenían culpa de una sed de venganza de un par de chechenos reprimidos y enfermos.

Mientras que la naturaleza acaba con la vida de tanta gente en la China, y todo se empieza a hundir, incluido con la vida de esas personas, la pena y lo inconsolable que se torna la situación al enterarse que un familiar fue enterrado bajo escombros y que tal vez no volverá a salir. 

Mientras que se reúnen representantes de varios países sólo para avalar un fraude electoral que traerá tiempos difíciles para tierras hermanas que entre ollas y cucharas, hacen retumbar la ciudad que los vio nacer para que, tal vez, en algún momento, por fin sean escuchados por un mundo que pone cámaras y grabadoras en un lugar donde la tensión es mayor. 

Pensaba que el mundo estaba calmado... pensé que el tiempo turbio de enfrentamientos sin sentido alguno más que el político, había acabado. Pensé que el planeta no sufriría esos ridículos y temerosos ensayos de lanzamientos que se ven en televisión, pensé que no habría más muertos por un capricho de un cachetón con saco que se cree el nuevo dueño del mundo. 

Pensé que el nuevo papa hablaría más e instaría a la paz que, en tantos lugares, parece dormirse para dar pase a un caos total, donde las partes humanas salen volando como serpentinas en fiesta de menores. Pensé que el mundo volvería a su calma natural. Pero ya ven como es la dialéctica del planeta... destruye todo lo que toca, y lo que deja en pie, el hombre se encarga de derrumbarlo.

Puedo ser llamado un hippié y pacifista en un planeta en el que, sus pobladores se preocupan más por el papel verde con valor fiscal, que en dónde viven. Puedo ser llamado una persona con un pensamiento raro para un mundo actual en el que sólo vale demostrar cuál país tiene mejor desarrollo, sobreponerse ante el otro y aleccionarlo a punta de patadas; cuando el verdadero camino sería aceptar las diferencias y trabajar juntos para que no haya ningún menor en la calle, de cara sucia y zapatos rasgados, pidiendo dinero a otra persona que tiene los zapatos menos rasgados. 

Y es curioso... por que el peatón, ese que no tiene auto y se ensucia las manos tomando un transporte público, aquél que respira de primera mano la contaminación, ese que se embarra los pies andando de un lugar a otro, que suda la frente para poder vivir, ese...ese... es el que sin tener mucho en el bolsillo, comparte el resto del pasaje.

Añoro un planeta en el que se puedan sentar todos en una sola mesa, y comer en paz, sin sacarse en cara su ascendencia ni sus rasgos, dónde se pueda salir a caminar de la mano con la chica que te gusta sin pensar que los están persiguiendo para hacerlos víctimas de un crimen. 

Sin tener que comportarse como unos totales paranoicos.