Reset...
Volviendo Es una mañana algo rara. Empecé el día viendo el triunfo de Roger Federer, me alisté y vine a la universidad. Diablos, es verano, se supone que debería estar durmiendo. Debería. El lugar ofrece una calma nunca antes experimentada por éste idiota... todo es callado, alcanzo a escuchar el sonido de las aves, el cielo nublado, todo es malditamente perfecto y no tengo excusas, el día se puede poner mejor. Adoro los días nublados y los días miércoles, es decir, una combinación perfecta que se da en perfecta armonía y sincronía para que yo, y cualquier mortal, podamos disfrutarlo. Tal vez hay otras personas, descendientes del mono como yo, que disfrutan de días así. A lo largo de mi vida las mejores cosas, en su mayoría, pasaron un miércoles. Son tantas que ya para qué contar. Se supone que los miércoles son como un sabbath para mi, no hay casi nada que importe y sólo quiero sentirme conectado con la naturaleza, algo así como un hippie pero sin drogas de por medio. Deseo