Aprendamos a caminar...

La evolución del huevo

Sentado en el dieciseisavo árbol del bosque de mi universidad, percibo algunas palomas acercándose, no muy grandes y no muy sucias. Parecen bien alimentadas por la manera en que brillan sus plumas; menuda joda ser una de ellas, clavar el pico en cuánto objeto llamativo veas debe de resultar peligroso en cierto momento.

Hablemos de su manera de caminar, disculpen pero es muy gracioso la forma en que inclinan la cabeza mientras caminan, creo que les da un toque de carisma a su andar, más aún si es un palomo con el pecho inflado tratando de conquistar a su paloma.

Al igual que las palomas, el hombre aprende muchas cosas al caminar por el mundo, pero sumando que el hombre tiene sentimientos y emociones, pues este camino se hace más interesante cada vez que se avanza.

Es increíble la manera en que es subestimada la marcha bípeda; para mí, caminar es el mejor aspecto evolutivo que tenemos; por que pensándolo un poco, de éste aspecto nacen muchos más; sin duda, cuando rompemos el cascarón de esa burbuja paterna (huevo), es cuando conocemos el mundo de verdad; su lado bueno y malo, su lado intrincado y sencillo, su lado de amor, su lado de odio... y algunos más que mi mente se encarga de omitir.

Son fascinantes las cosas con las que uno se encuentra al caminar; humanos y animales de toda clase, que de vez en cuando me dan ganas enormes de entablar conversación con los primeros, y apreciar a los segundos, es que soy un observador por naturaleza y un amante de conocer gente aunque mi perfil de facebook diga lo contrario.

Casi nunca logro contener las ganas de hablar con una señorita bella con la que comparto el bus o cualquier transporte, aun así no vuelva a verla jamás en mi vida. Tengo que mencionar también que por hacer ese deporte, varias veces me han rechazado para hablar, tal vez por el miedo que inspira que un desconocido te mire con una sonrisa y te salude cordialmente; es que no es natural que la gente haga eso. Pero con todo y eso, éste terco escritor se encarga de encontrar algo de lo que escribir, algo que llame mi atención aunque hayan veces que tenga que crear las situaciones yo mismo. 

Sólo falta mencionar que necesito mucho del habla para poder hacer todas mis actividades, es que si no estoy hablando, estoy escuchando, o estoy escribiendo, nunca me gusta dejar de estimular el área del lenguaje. Para qué, la considero muy importante. 

Creo que así evolucionamos, de a pocos, de ese huevo que llamamos hogar, que llamamos familia.

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